martes, 8 de noviembre de 2011

El IV Salón Cofrade arrancó ayer bajo el estandarte del potencial económico de la Semana Santa, especialmente en la artesanía, en la que Córdoba realiza ventas a cofradías de Sevilla y Málaga




R. SERRANO


El IV Salón Cofrade hizo ayer su «levantá» en el recinto ferial de Ifeco con las hermandades de Gloria como las auténticas protagonistas de esta edición, que cuenta con una nutrida presencia de gremios de artistas que conforman este mundo cofrade en la provincia.
Desde la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba, su presidente, Juan Villalba, recordaba durante la inauguración del salón el estudio de impacto socioeconómico realizado hace dos años, que situaba la repercusión económica, sólo en la capital, en 42 millones de euros. «Si eso lo multiplicamos por los 75 pueblos de la provincia, nos encontramos con una cantidad desorbitante», explicaba.
Además, a nivel social, Villalba reconocía que «tiene mucha importancia ya que hay innumerables talleres que viven de los trabajos de las cofradías todo el año».
Es el caso de tallistas como Pedro Sánchez de Pozoblanco, que, pese a la crisis, tiene encargos de todo el norte de la provincia, Jaén y Ciudad Real.
Este tallista muestra en su stand desde el escudo y respiraderos del Nazareno de Villanueva del Duque al paso en talla de madera de la hermandad de la Santa Veracruz de Belalcázar. El precio de un paso sin dorar suele oscilar entre los 30.000 euros y los 40.000, mientras que los más grandes pueden alcanzar los 60.000 euros. La media de trabajo de un tallista es de dos años por paso, ya que se intercalan otros encargos.
En otros casos los gremios se agrupan en torno a la Semana Santa, como son los «Artesanos de Baena», donde hay un zapatero, un orfebre y un sastre que completan el atuendo, por ejemplo, de un «romano» de Montilla o un «colinegro» de Baena. José Luis Burreco lleva 30 años en esta tarea, tornando el latón y convirtiéndolo en cascos y armaduras. Los precios de estas piezas suelen estar en torno a los 150 euros, aunque depende del gusto del cliente, asegura Burrueco, que recibe encargos de toda Andalucía. Junto a él, Antonio Caballero, zapatero de Doña Mencía, que combina su taller de reparación de calzado con la elaboración artesanal de sandalias, manoletinas para costaleros y botas de romano.

Apoyo de la Administración


En el apartado de orfebrería eclesiástica, «Paula Orfebres» de Lucena cumple 30 años realizando pasos, candelabros, con una plantilla de 14 personas que rematan el metal para pasos como el de la patrona de Plasencia o el Santo Entierro de Osuna, según contó su propietaria Araceli Macaranera Ruiz, que recibe una media de 200 encargos anuales.
También están presentes maestros artesanos del bordado como Juan Rosen, procedente de Málaga, y presente en 17 puntos de toda España. Sus sayas y hábitos litúrgicos son populares en el mundo cofrade.
En cuanto a los stands, la Agrupación de Cofradías de Córdoba ha querido hacer un homenaje a la Archicofradía del Carmen de San Cayetano con motivo de la próxima coronación canónica de su titular el 12 de mayo de 2012. «Se ve la riqueza de esta archicofradía tanto en vestuario como ajuar», explicaba Villalba.
La Diputación de Córdoba aseguró que el sector de la artesanía cofrade es muy dinámico económicamente, porque a Córdoba vienen cofradías de Sevilla y Málaga para encargar sus bordados, orfebrerías o tallas. Desde aquí se ponen en valor esos artesanos que exponen su trabajo, que es observado en las procesiones por entre 80.000 y 180.000 personas que se mueven durante la Semana Santa por toda la provincia.
De hecho, la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos, quiso destacar la importancia de la Semana Santa en Córdoba, no solamente a nivel cultural, sino la gran relevancia de las agrupaciones de cofradías, a nivel económico.
Ceballos reconoció que la Diputación ha hecho un esfuerzo en este salón cofrade aportando unos 92.500 euros desde diferentes departamentos y ha cedido un espacio para Lorca, cuya Semana Santa esta declarada como de Interés Nacional. De esta forma, Córdoba ayuda a sacar a la luz un pueblo que lo ha pasado tan mal en el último año debido al terremoto, y que además tiene un especial interés turístico que, a juicio de Ceballos, se debe apoyar.
La presidenta de la institución provincial quiso aclarar a aquellos que piensen que esto es sólo una actividad religiosa, «ya que no es sólo eso, sino también una actividad económica fundamental, que las Administraciones debemos seguir apoyando».
Entre los pueblos que mostraron su Semana Santa, estaban Baena, que acudió con los populares judíos «colinegros» y «coliblancos», así como una custodia de mano del siglo XVII de la iglesia de Santa María la Mayor, o los uniformes de la Hermandad de Veladores del Santísimo. Puente Genil dejó atrás los «rostrillos» y mostraba su hermandad de Gloria con sayas de la Purísima Concepción del pasado siglo así como un códice antiguo o la Cruz de Guía. Los cofrades Jesús Galvez y Mario Quero recordaron que en Puente Genil hay más de 24 cofradías con 36 pasos en la calle, más de 70 corporaciones, 400 figuras y 124 romanos.
Y otros muchos pueblos con Semana Santa menos conocida han decidido estar en este escaparate cofrade, como el caso de Villa del Río, cuyo presidente de las cofradías, José Miguel Torres mostraba la saya de la Virgen de las Angustias o la cruz de Guía del Nazareno, obra de Sebastián Montes. En el salón participan 26 expositores de ayuntamientos de la provincia y 36 empresas.
Por último, de esta cuarta edición del salón cofrade, el concejal de Fiestas Mayores, Rafael Jaén, destacó la calidad que suma cada año y el especial mimo a las hermandades de Gloria, que a su juicio «tienen mucho que decir en tradición en historia y en calidad por el patrimonio que atesoran y la fe que muchísimos pueblos de la provincia tienen hacia sus titulares».

No hay comentarios:

Publicar un comentario